Y en la cocina ¿qué hacemos?
¡Hola cítricos! Hoy viernes para cerrar la semana, ponemos encima de la mesa uno de los temas que nos persigue en cada una de vuestras consultas cuando iniciamos la fase de proyecto….”¿Qué hacemos en la cocina?”. Después de una pregunta aparentemente inocente llega la tempestad…. Cerrada porque evitamos olores, ¿verdad?, pero si la abrimos ¿ganamos luz? Es que cerrada tiene más intimidad… pero mi sueño es poner una isla…. Y así, miles y miles de planteamientos que hacen que seáis capaces de querer una cosa y la contraria en cuestión de un minuto.
Y es que, para ser sinceros, como suele ocurrir con todo en la vida, no hay verdades absolutas.
Partiendo de la base de que cualquier proyecto, sea del tipo o tamaño que sea, debe centrase siempre en vosotros y en vuestra forma de vivir, vamos a intentar lanzaros algunos tips que os ayuden a decantaros por una opción u otra.
Sin duda, una de las razones más importantes por las que se integra la cocina en el salón, es para poder ganar espacio dentro de una vivienda, incorporamos a la zona vividera los metros que ocupa la tabiquería y generamos una circulación más abierta y fácil. Además de espacio, en muchos casos, conseguimos LUZ NATURAL, y eso, como todos sabemos (¿verdad? J) es MAGIA.
Por el contrario, si sois de los que no soportáis el ruido de los electrodomésticos a pleno funcionamiento, deberíais colocaros en el grupo de “cocinas cerradas”. Es cierto que, un lavavajillas o una campana de hoy nada tienen que ver con aquellos electrodomésticos de los 90, pero…. Amigos, no nos engañemos, una cocina es ruidosa, y si somos de los que preferimos el silencio cuando estamos sentados en el sofá viendo Netflix, las cocinas abiertas no son lo nuestro.
Si formáis parte de los que disfrutan con las reuniones en casa (sí, lo sabemos, pero el covid pasará y volveremos a la normalidad. Somos de talante optimista, ¡qué le vamos a hacer!) entonces la cocina abierta es para vosotros. Podréis disfrutar de la familia y amigos mientras termináis de preparar exquisiteces y no os perderéis nada de lo bueno que allí pase. Además, cuando hay niños pequeños en casa, es una gran solución para tenerlos controlados, pero fuera de la zona de peligro que puede suponer una cocina.
Hablar de casas donde hay niños nos lleva de manera inmediata a pensar en desorden, y de ahí llegamos a otra conclusión: una cocina abierta no es la mejor opción para aquellos que son de talante perezoso y les cuesta un poco recoger las evidencias después del “crimen”. No queridos, en una cocina abierta no hay puerta y, por tanto, no hay escapatoria. Si sois de los que sufrís de holgazanería después de comer ¡rezad para no recibir una visita inesperada!
Llegados a este punto igual pensáis que seguís sin tenerlo claro, y os entendemos, no es una decisión fácil y en toda decisión importante hay cosas que se ganan y otras que quedan por el camino. Aun así, no os preocupéis nuestros queridos limoneros, que para los grandes problemas existen grandes soluciones, y siempre podéis optar por un cerramiento móvil o un bonito acristalamiento.
¡FELIZ FIN DE SEMANA!
