La concepción de lugares, ya sean de uso público o privado, dedicados al consumo, al trabajo o a un servicio particular, va más allá de la simple funcionalidad. Diseñar un espacio se centra en el usuario y en la forma en la que este participa del desarrollo del mismo dotándolo de vida propia.
Este trabajo puede entenderse desde distintos ámbitos: arquitectura comercial y retail, espacios residenciales, diseño de stands y cartelería… La elección de materiales, iluminación, texturas, colores o mobiliario, dotan de identidad el espacio proporcionando la experiencia deseada al usuario, y en el caso comercial, valor añadido a la marca.
La labor del arquitecto y/o interiorista será la de crear este espacio conciliando funcionalidad y estética.